ADIOS, TORMENTA DEL DESIERTO
Viejo metal arañado,
motor de sueños y aventuras,
querida Tormenta:
Desde la distancia que media
entre tú y yo,
y que sólo une la
'autopista al infierno'
(allí vais los viejos rockeros),
te escribo unas últimas líneas,
unos últimos versos.
Piel de arena,
corazón de trueno,
tus ruedas suplían
las alas
que, a veces, le faltan a mis proyectos.
Discriminada
desde tu matrícula hasta
tu aspecto,
supiste ser diferente con orgullo.
Cuentakilómetros vibrante,
ventanas abiertas
al mundo,
naciste como Frankenstein bien hecho
y moriste como héroe de grandes gestas.
Muchos paisajes quedan incompletos
sin ti,
muchos caminos pierden su sentido
sin tus huellas,
muchas miradas se alejan del horizonte
sin tu furia.
Granada, La Parrilla, Alicante,
Toledo, Zamora, Málaga,
La Rioja, el País Vasco...
Nunca fuiste un coche bonito,
nunca llamó la atención tu exterior,
pero, como buen carbón que eras,
supiste guardar el diamante
que llevabas en tu interior
(y menos mal).
motor de sueños y aventuras,
querida Tormenta:
Desde la distancia que media
entre tú y yo,
y que sólo une la
'autopista al infierno'
(allí vais los viejos rockeros),
te escribo unas últimas líneas,
unos últimos versos.
Piel de arena,
corazón de trueno,
tus ruedas suplían
las alas
que, a veces, le faltan a mis proyectos.
Discriminada
desde tu matrícula hasta
tu aspecto,
supiste ser diferente con orgullo.
Cuentakilómetros vibrante,
ventanas abiertas
al mundo,
naciste como Frankenstein bien hecho
y moriste como héroe de grandes gestas.
Muchos paisajes quedan incompletos
sin ti,
muchos caminos pierden su sentido
sin tus huellas,
muchas miradas se alejan del horizonte
sin tu furia.
Granada, La Parrilla, Alicante,
Toledo, Zamora, Málaga,
La Rioja, el País Vasco...
Nunca fuiste un coche bonito,
nunca llamó la atención tu exterior,
pero, como buen carbón que eras,
supiste guardar el diamante
que llevabas en tu interior
(y menos mal).