de carne y verso

-Pequeño rincón para la poesía. Esto no es "ciber-exhibicionismo", es un ejercicio de creación.-

Nombre:
Lugar: Ferraz, Madrid, Cocos (Keeling) Islands

lunes, diciembre 22, 2008

UN PASO MÁS EN EL CAMINO DE LA JUSTICIA SOCIAL

Esta vez me permito la licencia de llevarme la contraria a mí mismo y a la propia filosofía de esta bitácora no colgando mis versos sino una información que puede resultar de su interés, lector, y que a mí me ha supuesto una gran satisfacción. Es un reportaje del diario Público en el que hablan de partidos y formaciones políticas que están luchando por un nuevo sistema ecónomico mundial más justo y por una nueva sociedad. En él citan, entre otros, al partido Por Un Mundo + Justo e incluyen unas declaraciones de su secretario de Comunicación, Miguel Ángel Vázquez. Les dejo el enlace del pdf. El tema está en la portada y pueden leerlo en la página 3. Si no consiguen abrir el enlace y están interesados en esta información acerca de este otro mundo posible por el que se está luchando desde ya, pueden localizarla en la página web de público, en la versión en papel del día de hoy (22/12/08). Gracias por su atención y disculpen esta incoherencia. En breve, más poesía.

miércoles, diciembre 03, 2008

DOCE ESTACIONES



Sentado en la primera fila
me rebotan notas y cuerdas de arco.
Música tonal
que me atraviesa el pecho, me
vacía las entrañas.
Soy la caja de resonancia
de la banda sonora de mi vida.

Ahora ya sé que nunca volverás conmigo
(que nunca volveré contigo)
que "a tu lado" es una mentira,
un recuerdo amargo y confuso,
un imposible.

Y, al parecer, estaba claro desde hacía mucho
                                                                        tiempo.
Pero estoy tan ciego entre soles negros
y sombras claras
que miro y creo ver invisibles y
                                                   gaviotas.
Como una Venecia sumergida
escarbo entre miserias propias y
                                                     ajenas,
pozos de espejos vacíos y risas.

Recuerdo besos, paisajes y luchas
y no te encuentro.

Recuerdo noches, caminos, versos
y no te veo.


Te quise.
Te quise mucho. No sé si te quiero.
No sé si se puede querer lo que ya no se
                                                                   tiene.
Doce estaciones, un violín y una sola melodía
y ya sé que no volverás a mi lado.
Entre caladas de Ducados, que me matan,
escupo esperanzas, invenciones, proyectos.
Como un Ulises desahuciado
me impongo
arrastrar mis soledades por
otros horizontes. Distintos. Más limpios.
Huir de la razón y del daño.


Me quisiste.
Me quisiste mucho. No sé si me quieres.
No sé si ahora quepo en tus horarios.

El poeta que escribe esto
no es el que acariciaba el mar
bajo las olas de tu cuerpo en Cambrils,
el que se enfrentaba al estruendo mudo
                                                             del océano
con una línea de oro en tu espalda,
el que construía presentes de arcilla,
pecho firme,
pasión en las manos,
el que llevaba el mundo en los brazos
y era pan y leche y vino.
(¿Dónde está? ¿quién le mató?)

El poeta que escribe esto
es el que se quedó a la orilla de
                                               tu nostalgia,
el desbancado de tus pechos y tus
                                               ojos amarillos,
las manos muertas,
el sueño perdido,
el que creyó que el amor era más
                                                       fuerte,
el que, arrastrado por lodos, tabernas y
                                                               calles,
huele a alcohol, a sudor, a delirios.

No quepo en tu felicidad

                                  y

Hubiera congelado el tiempo a tu lado.
Hubiera muerto y resucitado cada mañana.
Hubiera aguantado, joder, hubiera aguantado.
Pero el otoño ya ha tirado al suelo
                                             todas nuestras
                                                                  hojas
y parece que, así, todo tiene más sentido.

Hoy, cuando me acueste, me dormiré
contigo y estaré solo.
Y puede que llore, porque te echo
                                                 de menos.
Si te llamo mientras esté soñando,
y si mientras estás soñando tú me oyes,
no respondas
que tal vez prefiera imaginarme
que ya me has olvidado.
Que tal vez prefiera creerme
que todo se ha terminado.