de carne y verso

-Pequeño rincón para la poesía. Esto no es "ciber-exhibicionismo", es un ejercicio de creación.-

Nombre:
Lugar: Ferraz, Madrid, Cocos (Keeling) Islands

miércoles, enero 25, 2006

HAIKUS DEL PROFESOR (X)

Ya se va enero.
Las huellas que dejé
son las que quedan.

martes, enero 24, 2006

HAIKUS DEL PROFESOR (IX)

¡Oh, capitán!
Se hace lo que se puede.
Mi capitán.

lunes, enero 23, 2006

HAIKUS DEL PROFESOR (VIII)

Barco pirata.
Entre tablas que crujen
surco los mares.

viernes, enero 20, 2006

HAIKUS DEL PROFESOR (VII)

Felicidades.
Sin vernos, sin hablarnos.
Felicidades.

jueves, enero 19, 2006

HAIKUS DEL PROFESOR (VI)

Chavales que no
se quieren me reclaman
con voz de Dios.

miércoles, enero 18, 2006

HAIKUS DEL PROFESOR (V)

Picasso pinta
en la voz del gitano
mientras yo sueño.

martes, enero 17, 2006

HAIKUS DEL PROFESOR (IV)

Tras mi jornada
buscaré entre tus faldas
más besos cálidos.

lunes, enero 16, 2006

HAIKUS DEL PROFESOR (III)

A veces no soy,
entre pitos y flautas,
más que palabras.

miércoles, enero 11, 2006

HAIKUS DEL PROFESOR (II)

Curiosa fecha.
Hoy me enseña a enseñar
Julián Jimeno.

martes, enero 10, 2006

HAIKUS DEL PROFESOR (I)

Viene un camino
cargado de esperanzas
y sueños nuevos.

viernes, enero 06, 2006

A SUS MAJESTADES DE ORIENTE

Queridos Reyes Magos:

Este año, como bien saben,
no he sido del todo bueno
ni he sido del todo malo.
De hecho,
no sé si he sido.
Y, si he sido, no sé si ha sido
como quería que fuera.
(Laberintos, marañas, trabalenguas).

Este año yo les pido
poquitas cosas,
pero esenciales.
Que de las muchas triviales ya
se encarga el resto.

Me pido, como les digo,
un jersey muy rígido.
Tanto que no me permita
cruzar nunca los brazos,
que me obligue a tenerlos siempre estirados,
siempre abiertos,
y que solo se ablande
con un abrazo.
Que sea marrón.

Aparte del jersey,
no quiero nada de ropa.
Entiendanme bien;
no que no me traigan más ropa,
sino que me quiten la que tengo.
Así podré ir desnudo,
libre,
sin ataduras ni prejuicios.
En carne y verso.

También me pido
un pañuelo de pirata
para ponérmelo en la cabeza,
no sea que se me olvide que
la vida
es (tiene que ser) aventura,
y juego, y risas. Lucha.
Fantasía.

Me gustaría, aparte de esto,
una pluma
que, al escribir,
me hiciera cosquillas.
Tal vez así me dé menos pereza
enfrentarme a un folio
en blanco.
Tal vez así despierten
sentimientos dormidos.

Para ir acabando les pido
sangría con mucha canela.
Y desatar mi pasión,
desatar mi cuerpo,
desatar mi sexo.
Tener sueños eróticos con los
ojos abiertos.
Llevar el placer en mis labios.
Que mis manos recuerden
su viejo oficio
en un cuerpo de mujer
y la despierten.

Y, por último,
(que había dicho que iban a ser pocas cosas)
me gustaría cambiarme las gafas.
Me gustaría que me trajeran unas
que viesen el sufrimiento de los demás,
que entrasen en el corazón de mis hermanos,
que vieran lo que nadie quiere ver.
Unas gafas que vean más allá,
con ojos de poeta,
para así (con el jersey y lo demás)
poder empezar
a cambiar el mundo.

El carbón corre de su cuenta.

Un afectísimo saludo a sus majestades.

Viva la República.