ATENEO
Hasta la cocina.
He entrado por primera vez
en el Ateneo.
Esencias de glorias pretéritas
poseen mi espíritu
y le dan alas y motor
y timón
a mis sueños,
a mi imaginación.
Sombras de bohemia
cubren mis sentidos
y los elevan a la cima
a la que están llamados.
Desde allí, acariciado con violencia
por el viento batiente,
rugiente,
siento vértigo
y no sé si me atrevo
a saltar y volar.
Una mano sujeta mis miedos
y los aprieta
contra mi pecho.
Y la otra, que es la izquierda,
intenta convencer
con caricias
a la primera
de que me suelte.
Y así no hay manera.
1 Comments:
...y es que ya sabes, "que no se entere tu mano derecha de lo que hace tu mano izquierda", si no, no hay manera...
¡qué bien encontrarte!
la labradora
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