UNO DE MAYO
Muere otro trabajador
por currar más de lo convenido
por querer llevar comida
a su familia, a sus hijos.
Al entierro sólo asisten
familiares, tres amigos
y las lágrimas de su mujer.
Ricos y poderosos, ninguno.
¡Viva España, que va bien!
¡Y Viva el siglo Veintiuno!
por currar más de lo convenido
por querer llevar comida
a su familia, a sus hijos.
Al entierro sólo asisten
familiares, tres amigos
y las lágrimas de su mujer.
Ricos y poderosos, ninguno.
¡Viva España, que va bien!
¡Y Viva el siglo Veintiuno!
2 Comments:
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Accidentes... solo son accidentes. Meras estadísticas. Alguna de esas cientos de muertes en los tajos, ocupan una esquinita de algún periódico... pero, al fin y al cabo, solo son accidentes, meras estadísticas.
Por tener que someterse a la tiranía del trabajo asalariado, por tener que aceptar unas condiciones infrahumanas (se podría decir incluso infraser) , por tener que aguantar lo que sea para que te den unas cuantas migajas, unos cuantos euros con los que dar de comerte a ti y a tu hijo, y a tu hija, para ayudar a tu mujer en todos los gastos. Y al fin y al cabo, solo eres un desconocido, solo eres un paria, un nadie, un simple obrero, que cae del andamio, que se cae a una zanja, que muere electrocutado, que muere triturado, que muere de un infarto debido a ese odioso ritmo de trabajo... una mera estadística que se muere, que derrama un líquido rojo insignificante, una mera estadística que solo será llorada por su hijo, y por su hija, y por su mujer... tal vez por nadie. Una mera estadística cuyo corazón se paraliza en y acausa de su maldito trabajo.
Una mera estadísitica que se pierde en un mar de muertos llamados accidentes.
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